Las novelas negras tienen su encanto, sobre todo si son
británicas, tienen un saborcito al lector muy muy especial.
Tenía altas expectativas de leer la obra de Robert Galbraith (si, así le diré y
no por el verdadero nombre que ya todo mundo sabe), pues las novelas negras y
más si es policíaca, me tienen ya como fan; pues mi goce por ésta me hace desde
fruncir el ceño, un levantamiento de ceja hasta la carcajada sonora.
Cormoran Strike es un detective privado, no se puede decir
que veterano de guerra, pues no tiene la edad para serlo, pues un joven que
tuvo la desgracia de perder una pierna en el frente, curiosamente, él no es
soldado como tal, sino investigador militar. Con la desgracia de su pierna y
siendo hijo de una madre grupi (si, con todo lo que conlleva) y de un icono del
rock de los 60’s. Cormoran se enfrenta a un futuro negro, pues clientes solo
tiene uno y su prometida no parece tener mucho aprecio a restituir su relación
amoroso, limitado en dinero Cormoran
tiene que vivir en su oficina.
Hasta que parece que la suerte le cambia, pues una súper
modelo Lula Landry, unos meses atrás se había suicidado arrojándose por la ventana de su departamento, su cuerpo yacía en la nieve; suicidio, o al menos eso fue lo
que el reporte policíaco arrojó como resultado de sus investigaciones.
¿Suicidio? Una chica bella, talentosa, joven y millonaria no podía ser el
prototipo de una suicida, máxime que no se encontró la clásica nota de
despedida.
Bajo esos argumentos el hermano de Lula, John Bristow
contrata a Cormoran para investigar a fondo el caso de Lula, Cormoran tendrá que
sumergirse en el mundo de las frivolidad de las súper modelos (gracias a
Galbraith no es tema principal, solo el
entorno), los famosos de ambos lados del charco, diseñadores caprichosos y
cineastas ególatras. El entorno es Londres a detalle, caminatas cortas, largas,
el metro; pubs y cafeterías, lugares de lujo y otros quizá no tanto.
Por fortuna, Cormoran cuenta con el apoyo de su asistente. Una
joven recién comprometida que le gusta eso de la investigación, Robin, cuya
tarea es ser su asistente temporal, pero tan eficiente resulta que es de gran
apoyo para la investigación del caso Landry.
Si bien Cormoran no es del talento similar a un Sherlock
Holmes, es un investigador inteligente,
brillante, que aplica las experiencias de su vida atormentada en función del
caso que tiene, con su personalidad de toro y su carácter afable, se puede ganar
muchos adeptos y quizá entrar en las
ligas mayores de los investigadores.
Espero que Cormoran y Robin, tengan más aventuras futuras.
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